El Derecho Administrativo es una rama del Derecho Público para la organización, funcionamiento y control del Estado. En Costa Rica, este campo jurídico tiene relevancia en la vida cotidiana de los ciudadanos, pues regula la actuación de la Administración Pública y establece las garantías para que el ejercicio del poder se mantenga dentro de los márgenes de legalidad, eficiencia y respeto a los derechos fundamentales de todos los ciudadanos.
¿Cuál es el objetivo del Derecho Administrativo?
Asegurar que la Administración Pública actúe conforme al principio de legalidad, procurando el interés general y respetando los derechos individuales de todos nosotros.
El Derecho Administrativo se ve regulado principalmente en las siguientes normas:
- Ley General de la Administración Pública (LGAP)
- Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa
- Ley de Contratación Administrativa
Algunas de las funciones fundamentales del Derecho Administrativo:
- Regular la actividad del Estado (servicios públicos, contrataciones estatales, expropiaciones).
- Garantizar el Principio de Legalidad (siempre debe de estar fundada en una norma jurídica válida)
- Proteger los Derechos de los Administrados (recursos de revocatoria, apelación / proceso contencioso administrativo ante el poder judicial / principios como: debido proceso, transparencia y participación ciudadana).
¿Qué relación tenemos como ciudadanos con el Derecho Administrativo?
- Solicitar información pública (Ley de Transparencia)
- Presentar recursos contra decisiones injustas de la administración pública
- Denunciar irregularidades o abusos
- Exigir indemnizaciones por daños causados por el Estado
En este sentido, el Derecho Administrativo se convierte en un instrumento de empoderamiento y justicia para la ciudadanía.
El Derecho Administrativo no es una materia abstracta, es el conjunto de reglas que rige la manera en que el Estado actúa y se relaciona con las personas. En Costa Rica, su función es clave para garantizar un equilibrio entre el poder público y los derechos individuales, permitiendo que la Administración sirva efectivamente al bien común.
El Derecho Administrativo en Costa Rica establece las bases sobre las cuales se organiza, funciona y controla el actuar de la Administración Pública. No solo estructura el funcionamiento del Estado, sino que garantiza un marco normativo mediante el cual se protege a los ciudadanos frente a los excesos del poder público, asegurando una administración fundamentada en legalidad, eficiencia y respeto a los derechos fundamentales.
Uno de los aportes más relevantes del Derecho Administrativo es su capacidad para convertir al ciudadano en un actor activo dentro del sistema democrático. A través de esta rama jurídica, las personas pueden exigir la rendición de cuentas por parte del Estado, acceder a información pública, presentar recursos legales contra decisiones administrativas y, en casos de abuso o perjuicio, demandar indemnizaciones. Esto empodera a la población y refuerza el principio de soberanía popular, al permitir mecanismos de control ciudadano sobre la gestión pública.
Asimismo, las funciones del Derecho Administrativo trascienden la mera regulación burocrática. Este derecho rige aspectos tan cotidianos como el acceso a servicios públicos, los procesos de contratación estatal, las expropiaciones, y los procedimientos sancionatorios o disciplinarios, todos ellos con impacto directo en la vida de los ciudadanos. En este sentido, es evidente que el Derecho Administrativo no es una materia técnica o reservada a especialistas, sino una herramienta viva y dinámica que protege los intereses del pueblo costarricense.
En conclusión, ¿Qué es el derecho administrativo?
El Derecho Administrativo en Costa Rica cumple una función de equilibrio indispensable entre el poder del Estado y los derechos del individuo. No solo organiza la Administración Pública, sino que le impone límites y le recuerda que su razón de ser es servir al bien común, no a intereses particulares ni arbitrarios. Es, en definitiva, una garantía ciudadana que fortalece el Estado de derecho, protege la dignidad humana y fomenta una sociedad más justa, participativa y democrática.
En adición a lo anterior, es fundamental resaltar que el Derecho Administrativo no solo responde a una necesidad normativa, sino también a una exigencia ética y social. El Estado, como ente encargado de satisfacer las necesidades colectivas y administrar los recursos públicos, requiere de mecanismos jurídicos que aseguren una gestión honesta, equitativa y transparente. En este sentido, el Derecho Administrativo actúa como una salvaguarda frente a la arbitrariedad y el abuso de poder, estableciendo reglas claras que deben observar los funcionarios públicos en cada uno de sus actos.
La participación ciudadana es otro elemento vital que el Derecho Administrativo promueve y protege. Por medio de recursos administrativos y judiciales, los ciudadanos pueden involucrarse activamente en los asuntos públicos, cuestionar decisiones administrativas, exigir la correcta utilización de los fondos públicos y denunciar cualquier acto de corrupción. Este marco legal fortalece la cultura democrática, promueve la confianza en las instituciones y garantiza el acceso a la justicia en sede administrativa.
Además, en una sociedad cada vez más compleja y exigente, el Derecho Administrativo evoluciona para adaptarse a nuevos retos, como la digitalización del Estado, la sostenibilidad ambiental, la protección de datos personales y el control del poder en todos sus niveles. Su función es, por tanto, también prospectiva, ya que permite anticipar y encauzar los desafíos del futuro estatal con base en principios jurídicos sólidos.
En definitiva, el Derecho Administrativo es mucho más que un conjunto de normas técnicas: es una expresión concreta del principio de legalidad, de la sujeción del poder público al Derecho y del respeto a la dignidad humana. Constituye una garantía permanente para que el ejercicio del poder estatal no se desvíe de su propósito fundamental: servir con eficiencia, equidad y legalidad al interés general. La ciudadanía costarricense, al conocer y utilizar las herramientas que esta rama del derecho ofrece, se convierte en un agente activo de control, vigilancia y transformación del Estado. Por ello, fomentar una mayor comprensión y uso del Derecho Administrativo no solo fortalece el Estado de derecho, sino que promueve una sociedad más justa, informada y participativa.
El Derecho Administrativo es la práctica de una viva democracia, en la que el poder no se impone, sino que se justifica y se limita al servicio del pueblo.





